En esta ocasión planteamos una actualización al día 15 de octubre, del análisis sobre coyuntura internacional que venimos haciendo periódicamente en la medida que entendemos que lo ocurrido en Palestina abre nuevas tensiones con repercusiones mas allá de su propio territorio, pero lo hacemos con todas las precauciones derivadas de que en este momento no se pueden tener claras todas las consecuencias de la actual ofensiva destructiva de Israel.
La realidad es que cuando la Guerra de Ucrania entra en una fase de estancamiento, con el fracaso cada vez mas evidente de la anunciada “contraofensiva” ucraniana y la aparición de síntomas de agotamiento por parte de los EEUU y sus aliados de la UE y la OTAN en su ayuda al Gobierno de Zelenski al comprobar que no han conseguido arrastrar prácticamente a ningún otro País en esta estrategia, a la espera de ver como reaccionan los actores ante esta nueva situación, se reactiva en Palestina el conflicto provocado por la ocupación violenta de este territorio por Israel y la incapacidad de la comunidad internacional para imponer la solución de dos Estados aprobada reiteradamente por NNUU y bloqueada por los EEUU.
Un violento ataque de la resistencia Palestina, en esta ocasión dirigida por Hamás, ha provocado una reacción israelí con una violencia desproporcionada que se salta cualquier norma internacional, llegando a significar un intento de verdadera limpieza étnica.
La reacción a esta nueva escalada de violencia en la región ha venido a escenificar la contradicción existente en el seno de la comunidad internacional.
Por una parte nos encontramos que la mayoría de los Países se solidariza con todas las víctimas inocentes, reclamando el cese de toda violencia, y de manera urgente exige a Israel que paralice su agresión indiscriminada contra el pueblo palestino, planteando que la única forma de dar estabilidad en la región es el reconocimiento de un Estado Palestino, en sintonía con los citados acuerdos de NNUU, Por el contrario, el bloque que venimos llamando “eje del Atlántico Norte”, EEUU y sus Aliados de la UE y la OTAN consideran que ya se encuentran en una situación de Guerra Fría y actúan en consecuencia, cerrando filas con quién forma parte de su bloque y criminalizando a su contrario, la suspensión de ayudas a ONG’s, la represión de manifestaciones en favor de Palestina, e incluso la prohibición del uso de la bandera Palestina, reconocida por NNUU nos recuerdan a los tiempos de la Guerra Fría del S. XX.
Estas reacciones ante una nueva situación de crisis belicista, evidencia como cada vez cobra mas fuerza la contradicción entre el bloque conformado por EEUU y sus aliados de la UE y la OTAN, que quieren llevar al mundo a una situación de Guerra Fria y una mayoría de la Comunidad Internacional que se resiste y defiende la multilateralidad y la solución pacífica de los conflictos internacionales en el seno de las NNUU.
Esta contradicción va a marcar las relaciones internacionales en los próximos tiempos en la medida que quienes quieren certificar la división del mundo en bloques, desconectados y enfrentados entre sí, intensifican cada vez con mas fuerza y violencia las presiones en el afán de provocar respuestas violentas que autojustifiquen sus posiciones de enfrentamiento entre bloques.
Una consecuencia dramática de esta situación de incremento de las tensiones internacionales, puede ser, que los Estados de Marruecos e Israel se encuentren mas amparados por sus aliados, en su objetivo histórico de aniquilación de los Pueblos Saharaui y Palestino, en una operación de limpieza étnica, lo que indudablemente lleva a una situación de desesperación a estos pueblos de consecuencias imprevisibles.
Una consecuencia directa de esta situación de crisis es que se ha vuelto a activar la tensión en el mundo árabe, donde los problemas no resueltos siguen siendo caldo de cultivo para el crecimiento de un integrismo, alentado e incluso financiado, por Occidente para debilitar a las fuerzas árabes de carácter laico, generalmente progresistas.
Al mismo tiempo sí las NNUU ya acumulan un descrédito en su capacidad para hacer cumplir la legalidad internacional a las grandes potencias, en este momento la situación puede llegar a ser patética, cuando desde la OTAN y los Gobiernos de EEUU e Israel, no ocultan su desprecio y proclaman públicamente insumisión a quien debía ser el máximo referente en la solución de conflictos internacionales.
En el mismo sentido actúa la ofensiva de EEUU contra quienes, como México, no aceptan someterse a las medidas de bloqueo implementadas contra Cuba por considerarlas además de injustas e inhumanas, totalmente ilegales, se trata de la respuesta agresiva del imperio ante su incapacidad para imponer unas relaciones internacionales sometidas a sus intereses.
La difícil cuestión a plantear es, como puede reaccionar la comunidad internacional, las fuerzas sociales y políticas, para frenar que el Eje del Atlético siga incrementando hasta el infinito las tensiones internacionales y actuando con impunidad en lo que cínicamente denomina defensa de sus intereses, que no es otra cosa que pretender construir su seguridad a costa de aplastar a quien considera de forma unilateral la pone en peligro.
Este tema debería ser eje central en los debates que se realicen en los encuentros de fuerzas sociales y políticas de carácter progresistas y en los Foros Internacionales de Estados que defienden la multilateralidad, de manera que se actúe en una doble dirección, pir una parte impidiendo que el eje Atlántico Norte consiga sumar aliados a su causa belicista, aquí prestar atención al calendario electoral latinoamericano donde son importantes las elecciones de Argentina donde puede ganar un candidato de la mas extrema derecha ultraliberal y que por otra parte activar una amplia movilización social y política en el seno de los Estados del Eje Atlántico Norte que consiga frenar la agresividad de sus Gobiernos.
Dentro de esta intensificación de la tendencia de aumento de las tensiones belicistas, señalada en anteriores análisis, siguen siendo valido el resto del análisis anterior en el sentido de el surgimiento de esta nueva contradicción entre Guerra Fría y Multilateralidad, no anula la lucha del movimiento antiimperialista, sino que debe llevar a la necesidad de estudiar cómo se adecuam la acción de la fuerza de antiimperialistas ante una nueva situación, en la que si bien se puede identificar al bloque de estados que quieren llevar al mundo a una situación de guerra fría con el bloque imperialista, hegemonizado por los Estados Unidos, no se puede decir lo mismo con los Estados que se ponen a seguir esa estrategia de división del mundo en bloques, porque bastantes de estos países no se pueden definir cómo antiimperialistas sino que son Gobiernos que entienden que les son más favorables unas relaciones económicas, comerciales y políticas abiertas de carácter multilateral que las que están marcadas por las imposiciones ideológicas de los Estados Unidos.
La reunión de los BRICS en Sudáfrica, su decisión de ampliación y de avanzar en fórmulas que rompan el dominio y monopolio de los Estados Unidos en el ordenamiento financiero, económico internacional es la constatación de la fuerza qué toma esta nueva contradicción es la configuración de un nuevo orden internacional.
La simple lectura de la nueva configuración de la BRICS tras su ampliación, nos demuestra que esta organización no es un bloque antiimperialista y que no corresponden a una coherencia ideológica, como si ocurría con el COMECON con en la era soviética, se trata como decía de países que entienden que mantener unas relaciones económicas y comerciales abiertas le resulta más beneficioso que una relación exclusiva con una de las grandes potencias, es decir Gobiernos que anteponen el interés de su Pueblo al sometimiento a los intereses de una de las grandes potencias y desde esta lógica se niegan a romper relaciones con China, no aplican las sanciones contra Rusia y pretenden salir de la dictadura del dólar y de la losa que supone la deuda estrena acumulada.
Esta nueva situación debe ser analizada por las organizaciones de izquierda y gobiernos progresistas para adecuar nuestra táctica política a una nueva realidad que presenta una serie de retos y también una serie de incógnitas.
En este sentido, es necesario entender como una debilidad del imperialismo como fase superior del capitalismo, la cuestión de que si bien está preparado para desarrollarse en el marco de internacional de carácter unipolar y puede adecuarse a un orden bipolar, en la medida que le permita seguir controlando una parte importante del planeta, el imperialismo tiene muchas dificultades para desarrollarse en un orden internacional de carácter multilateral que le dificulte mantener un sistema colonial de explotación de otros países, por lo tanto en esta cuestión encontramos un nexo de unión entre la defensa de un orden multilateral y la lucha antiimperialista, siempre que desechemos la idea de que mejorar las condiciones materiales de vida de los pueblos supone apaciguar su capacidad de rebelarse y que por lo tanto hay que plantearle que solamente la lucha por el socialismo puede acabar con sus problemas.
Dejando sentado que consideramos que la lucha por el socialismo tiene que ser compatible con la mejora inmediata de las condiciones de vida materiales de los pueblos y qué está mejora puede venir hoy desde la defensa de la multilateralidad y la cooperación entre países que teniendo diferentes sistemas sociales y económicos, coincidan en defender el derecho de cada pueblo para decidir libremente su futuro, el reto de las fuerzas progresistas y los gobiernos que llevan años en la lucha antiimperialista es saber situar como elemento prioritario de la acción política, social, diplomática todas las iniciativas que estén en la línea de frenar la consolidación de una situación de guerra fría que divida al mundo en bloques desconectados y enfrentados entre sí para avanzar en la acumulación del mayor número de Gobiernos y Articulaciones sociales y políticas en la defensa de un orden internacional multilateral de carácter horizontal.
En esta línea alguna reflexión sobre cómo afrontar este reto:
- No asumir la lógica de que YA estamos en una situación de Guerra Fria y que por tanto es necesario renunciar al multilateralismo y pasar a configurar un bloque cerrado desde el que Confrontar con el ya constituido que venimos denominando Eje Atlántico Norte, sino que debemos adecuar la defensa del multilateralismo de manera que integré la defensa de valores éticos que impidan que pueblos como el Palestino o el Saharaui
queden desprotegidos. - Seguir defendiendo la necesidad de una salida justa, negociada en el marco de NNUU de la Guerra de Ucrania, seria un tremendo error que el agotamiento de las partes derivara en mantener una situación de “No Guerra no Paz” que mantuviera larvada la situación de conflicto hasta un nuevo estallido, como ya ocurrió en 2015.
- Dar la máxima importancia a la batalla de las ideas, es necesario conseguir una hegemonía ideológica en el seno de la clase obrera y las capas populares en favor de valores éticos y morales socialmente avanzados, como son la solidaridad, la defensa de lo comunitario, y el beneficio mutuo como base de las relaciones entre Países. el objetivo es evitar que el capitalismo consiga atraerse para sus intereses a grandes masas de población manipulada por la colonización ideológica que practican los grandes medios de comunicación a sueldo de gran capital. La ofensiva mediática para manipular lo que esta ocurriendo en Palestina, criminalizando a todo un pueblo como el Palestino que lleva décadas sufriendo agresiones bárbaras para blanquear y justificar las barbaridades que esta cometiendo el Estado de Israel.
- Estudiar cómo encauzar las relaciones entre países qué con diferentes sistemas económicos distintas culturas o religiones no entren la dinámica de formar un bloque excluyente desde las directrices que le marcan los Estados Unidos, en este campo tomar importancia los procesos de integración territorial que como la CELAC tienen unas características horizontales de conjugar la cooperación con el respeto a las soberanías populares, combatiendo modelos de integración supeditados a las directrices de los grandes poderes imperialistas.
- Construir unas relaciones multilaterales de beneficio mutuo que ayuden a muchos países a librarse del dominio de las EEUU debe facilitar desarrollar iniciativas internacionales concretas, que no solamente denuncien públicamente el bloqueo y las agresiones de todo tipo que sufren paises latinoamericanos y caribeños como Cuba, Venezuela, o Nicaragua, sino que pasen a una posición activa de romper el bloqueo e incluso de llevar esta ruptura a los tribunales internacionales, porque la independencia económica permitirá a los estados que rompan el bloqueo tener relaciones comerciales y económicas suficientes para no ver sus economías nacionales perjudicadas.
- Constatar que el impulso de los BRICS, la profundidad que están alcanzando sus instrumentos económicos y financieros, no solamente son un aliado a la hora de ayudar a qué determinados países rompan el bloqueo, sino que puede abrir un debate más profundo sobre la necesidad de refundar los organismos internacionales, tanto económicos como sociales y políticos, hoy al servicio del Gran Capital para que puedan ser instrumentos útiles en el desarrollo de los objetivos planteados en la carta de Naciones Unidas.
- Dar prioridad al trabajo en el movimiento por la paz con capacidad real de presionar por una salida negociada, diplomática de los conflictos bélicos que hoy se desarrollan en todo el Mundo, tenemos que ser conscientes de qué mientras no se cierre la guerra de Ucrania de una manera de diplomática y negociada el imperialismo seguirá teniendo el mejor caldo de cultivo sobre que yo tener su campaña en favor de la división del mundo en bloques. De esta manera hay que plantear con fuerza que la contradicción División del Mundo en Bloques/Multilateralidad esta ligada a la confrontación entre un modelo de seguridad basado en la disuasión militar y otro que busque una seguridad integral que resuelva los conflictos de forma negociada y promueva el progreso en los países menos desarrollados. No olvidemos que la espiral armamentista, la intensificación de conflictos bélicos, juegan siempre a favor del imperialismo.
Cada una de estas cuestiones necesitaría un análisis y un desarrollo concreto para configurar un Plan coordinado que transforme en acciones concretas los análisis que se realicen, porque mientras sea el imperialismo el único que disponga de un Plan para desarrollar sus objetivos, todo sera mas difícil, de esta manera se debería estudiar cómo aprovechar espacios de articulación política y social ya existentes para elaborar lo que sería, lo que podemos llamar un gran consenso en defensa del planeta, que actuase como el gran plan que permita acumular fuerzas para avanzar hacia un futuro de paz y progreso para la humanidad en armonía con la naturaleza que haga fracasar la estrategia imperialista de llevarnos a una nueva Guerra Fría.
El seminario del Partido del Trabajo de México ha significado un avance en la toma de conciencia sobre la necesidad de activar mecanismos de comunicación, colaboración y coordinación entre fuerzas que trabajamos para frenar y derrotar la agresividad imperialista, ahora se trata de empezar a desarrollarlo y qur otros eventos que se celebren en 2023 y 2024, de manera especial el II encuentro de Revistas de Izquierdas a celebrar en la Habana en Febrero, sean una oportunidad para seguir profundizando en los debates sobre cómo definir el actual momento de la coyuntura geopolítica y cómo hacer frente mediante acciones a los retos que nos plantea, siempre que seamos conscientes de que los debates que concluyen en planes de acción tienen que llevar aparejado instrumentos para hacer un seguimiento de lo acordado, para que los acuerdos se ejecuten en el objetivo de disputar la calle y la hegemonía ideológica a un imperialismo que no solamente busca dominar territorios para adueñarse de sus recursos naturales, sino que también trata de conquistar la mente de las personas para ponerlas a su servicio sin costes sociales.
José Luis Centella