Informe sobre la Coyuntura Geopolítica Actual tras la celebración de las Cumbres de la OTAN y BRICS, y el Foro Internacional por la Paz - Julio 2025

Trump y Rutte en encuentro de la OTAN

Introducción

El panorama geopolítico global de mediados de 2025 se presenta complejo y en constante redefinición, marcado por la pugna de poderes y la reconfiguración de alianzas. La reciente celebración de la Cumbre de la OTAN en La Haya y la Cumbre BRICS en Río de Janeiro, junto con el Foro Internacional por la Paz en Bruselas, ofrecen una instantánea crucial de las tendencias dominantes, las divergencias estratégicas y las aspiraciones contrapuestas de los principales actores internacionales. Este informe analiza en detalle cada uno de estos eventos, sus implicaciones y su interconexión, para finalmente ofrecer una valoración global de la actual coyuntura.

La Cumbre de la OTAN en La Haya: La Hegemonía Renovada y el Rearme Impuesto

La Cumbre de la OTAN de 2025, celebrada en La Haya, se enmarcó en un contexto de redefinición de la política exterior estadounidense, marcada por el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca. Este cambio de liderazgo ha significado un giro táctico en la estrategia de Estados Unidos para recuperar la iniciativa geopolítica que reconoce haber perdido desde el final de la etapa de Obama. Si bien el objetivo central de confrontar a China, considerada el principal rival sistémico y competidor comercial más peligroso, se mantiene, la táctica ha evolucionado. Ya no se busca construir una amplia alianza político-militar en torno a EE. UU. con la OTAN como brazo armado, como hizo Biden, sino fortalecer el potencial económico, comercial y militar propio para una confrontación directa con China.

Bajo el lema "América Primero", las primeras medidas de la administración Trump incluyeron el establecimiento de una relación directa con Putin y Zelenski para buscar una salida a la guerra de Ucrania que favoreciera los intereses de EE.UU. sin contar con los aliados de la OTAN. Asimismo, se anunciaron incrementos arancelarios no solo dirigidos a China, sino también a la Unión

Europea, y se exigió un aumento del gasto militar de los miembros de la OTAN hasta el 5% de su PIB. También se endureció la doctrina Monroe, incrementando las medidas coercitivas contra Cuba, y se intensificaron las presiones sobre los países que habían aumentado su relación con China, especialmente aquellos pertenecientes a la alianza BRICS.

Esta nueva política exterior estadounidense, que se caracteriza por el desprecio y el ninguneo político y económico hacia Europa y Canadá, provocó una reacción previa a la Cumbre de La Haya. Los gobiernos de Gran Bretaña y Canadá, en una cumbre celebrada en Londres, intentaron acercar posiciones frente a la ofensiva arancelaria de Trump y su pretensión de buscar una salida unilateral a la guerra de Ucrania. La respuesta de Trump fue una tregua hasta el 1 de agosto, justo después de las cumbres de la OTAN y BRICS, para definir sus medidas arancelarias.

En este marco de redefinición, Trump enfocó la Cumbre de la OTAN con el objetivo de mantener la organización bajo su control, pero exigiendo que el resto de los aliados aumentaran considerablemente su gasto militar. Esto permitiría a Trump desviar esos fondos para mejorar la economía y la _ productiva de EE.UU, Europa y Canadá reaccionaron a estas primeras medidas con una cumbre en Madrid, “ intentaron resistir juntos las presiones estadounidenses, manteniendo el apoyo incondicional a Zelenski en su objetivo de una salida militar para la guerra de Ucrania y planteando la necesidad de un mayor peso del pilar europeo en la OTAN.

Sin embargo, la Cumbre de la OTAN en La Haya certificó una victoria para Trump. Los aliados firmaron un comunicado de cinco puntos que se centra exclusivamente en la cuestión económica, aceptando la subida del gasto militar hasta el 5% del PIB. La mención a Ucrania fue "ridícula" en comparación con lo acordado el año anterior, y otras cuestiones planteadas desde la Cumbre de Madrid para desarrollar la "OTAN 360°" con capacidad de intervención global, desaparecieron literalmente. Este documento, calificado como una "rendición del pilar eurocanadiense", fue firmado incluso por el Presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, quien se había enfrentado a Trump por intentar mantener los acuerdos de Londres frente a la imposición del aumento del gasto militar, quedándose solo y sin salvaguardas.

El análisis de los escuetos cinco puntos de la declaración final de La Haya revela la renuncia de la UE a cualquier posibilidad de autonomía estratégica, no solo en política de defensa, sino también en la económica. El aumento del gasto militar condiciona negativamente cualquier política destinada a paliar los efectos de la crisis. Desviar presupuestos necesarios para políticas sociales y la reconstrucción productiva de Europa hacia la industria militar estadounidense, constituyendo la mayor parte de ese 5% comprometido, es considerado una de las mayores "traiciones" de los gobernantes europeos a sus pueblos, comparable a las concesiones de Hitler en los acuerdos de Múnich.

De La Haya emerge una OTAN en la que EE. UU. seguirá mandando, pero que será pagada en mayor medida por el pilar eurocanadiense, en beneficio de la industria militar norteamericana. El aumento desproporcionado del gasto militar reafirma el rumbo belicista de la Alianza Atlántica y consagra un salto cualitativo en la militarización de Europa bajo el concepto de "seguridad integral", que en realidad implica una subordinación explícita de las políticas públicas a una lógica de rearme permanente. El problema no es solo presupuestario o de porcentaje, sino ideológico, ético y civilizatorio. La OTAN, en su formulación actual, se ha convertido en un obstáculo para la paz, la autodeterminación de los pueblos y la justicia social.

La narrativa triunfante en La Haya justifica el aumento del gasto militar en nombre de amenazas externas, la "defensa de nuestros valores" o la necesidad de disuasión ante actores como Rusia o China. Sin embargo, lo establecido en La Haya es un salto sin precedentes hacia una militarización de toda política y una contribución al fortalecimiento del "nacional capitalismo" que representa Trump, quien, como Hitler en 1937, "no se quedará satisfecho y seguirá exigiendo a Europa más contribuciones vía aranceles para el reforzamiento de su economía".

Cualquier aumento del gasto militar implica detraer recursos esenciales de otras partidas públicas como educación, sanidad, vivienda, cultura o transición ecológica. Es una decisión que establece una jerarquía de prioridades donde lo militar está por encima de la vida. La OTAN ha adoptado en esta cumbre un discurso que prescinde completamente del lenguaje de la paz. No solo se reafirma la política de rearme, sino que se excluye cualquier alusión a buscar salidas negociadas y diplomáticas a los conflictos bélicos, y mucho menos al respeto a la ONU como marco para la resolución de conflictos internacionales.

La declaración de La Haya plasma la creación de un "mercado único de la guerra" bajo control de la industria armamentista de EE. UU., un mercado que se llevará el 5% del PIB de la Alianza, lo que equivale a 2,5 billones de dólares al año. Se busca una Europa que compre más armas, drones y tecnologías letales, y que sus universidades, centros de investigación, cadenas logísticas y políticas industriales giren en torno a lo militar. Esta no es una Europa que rechace jugar un papel activo en la defensa de la Paz para venderse a los intereses de la "muerte".

Ante este escenario, se argumenta que la izquierda social, política e institucional debe priorizar una agenda antimilitarista clara, afirmando que la OTAN no solo no defiende, sino que es incompatible con cualquier proyecto de paz real y contraria al respeto del derecho internacional y a una geopolítica multilateral de cooperación. La pertenencia a la OTAN impone límites inaceptables a la soberanía de los pueblos, condicionando decisiones fiscales, política exterior e incluso la cultura democrática. La creciente presión sobre países como España para aumentar el gasto militar por decreto, fuera de los debates parlamentarios, es una prueba de este "secuestro", considerándose "escandaloso" que los acuerdos asumidos por el Gobierno de España en La Haya no pasen por el Parlamento.

Se postula la necesidad de una "Europa desmilitarizada, no alineada, solidaria". Una Europa que deje de "jugar a ser potencia" y se dedique a garantizar derechos. Que apueste por la diplomacia, el desarme gradual y una defensa civil y ecológica. Que no invierta en tanques, sino en escuelas; ni en misiles, sino en hospitales. Una Europa libre de bases militares de EE. UU. que pueda jugar un papel positivo en la solución diplomática de las guerras.

El comunicado de La Haya, aunque escueto, transmite el mensaje "falso y peligroso" de que la única forma de garantizar la seguridad es "armándose hasta los dientes". Sin embargo, la verdadera seguridad no se construye con ejércitos, sino con justicia social, derechos, igualdad y cooperación. El futuro de Europa no puede depender de la lógica del "enemigo eterno, ya sea real o inventado". Frente a la OTAN, se aboga por una nueva arquitectura de paz: espacios regionales de desarme, plataformas de mediación internacional independientes, y una reactivación del multilateralismo con voz propia del Sur Global. Una defensa de los pueblos, no de los mercados, y una política exterior basada en la solidaridad y no en la imposición. Lo que está en juego no es solo el destino de una alianza militar, sino el modelo de mundo y sus prioridades.

La Cumbre BRICS 2025 en Río de Janeiro: Hacia una Gobernanza Global más Inclusiva y Sostenible.

La Cumbre BRICS de 2025, celebrada en Río de Janeiro los días 6 y 7 de julio, reunió a los líderes de los países históricos de la Alianza (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), junto con nuevos integrantes y socios estratégicos. La cumbre se llevó a cabo bajo el lema "Fortaleciendo la Cooperación del Sur Global para una Gobernanza más Inclusiva y Sostenible". Tanto su desarrollo como su declaración final reflejan los crecientes esfuerzos de esta alianza por reformar las instituciones globales, promover la multipolaridad y consolidar mecanismos económicos, financieros y tecnológicos propios.

Un análisis preliminar de la Cumbre BRICS de Río de Janeiro debe señalar que su marco, lugar de celebración y fecha difieren significativamente de la cumbre de 2024 en Kazán. En 2024, Rusia fue el anfitrión en un contexto de guerra en Ucrania y con Joe Biden en la presidencia de EE. UU., quien buscaba liderar una gran coalición internacional, con la OTAN como brazo armado, para intensificar la guerra en Ucrania, aislar y debilitar a Rusia, arrinconar a China y fortalecer un eje euroatlántico con el fin de recuperar la hegemonía unilateral perdida. En ese contexto, la Cumbre BRICS de 2024 sirvió en gran medida para escenificar el fracaso de la táctica de Biden, demostrando que Rusia no estaba aislada y que incluso países aliados históricos de EE. UU. asistían a saludar personalmente a Putin.

Entre la Cumbre de Kazan y la de Rio de Janeiro hay que resaltar una cuestión que ha pasado muy desapercibida, Indonesia se unió oficialmente a BRICS como miembro de pleno derecho en enero de 2025, convirtiéndose en el décimo miembro del bloque y el primero del sudeste asiático.

Indonesia es la cuarta nación más poblada del mundo y la séptima economía más grande (medida por paridad de poder adquisitivo), Indonesia añade un peso económico considerable a BRICS. Su PIB (PPP) es mayor que el del Reino Unido y Francia.

Indonesia es la economía más grande del sudeste asiático y su membresía en BRICS refuerza su papel de liderazgo en la ASEAN, sirviendo como un puente entre la región y el bloque BRICS.

Además, Indonesia es el principal productor mundial de níquel, un mineral esencial para tecnologías de energía renovable como baterías y paneles solares. Esto refuerza la capacidad de BRICS en cadenas de suministro estratégicas.

CUMBRE BRICS+ RIO DE JANEIRO

Este año, con Brasil como país anfitrión y el regreso de Donald Trump a la presidencia de EE. UU., el panorama es novedoso porque la táctica de EE. UU. ha cambiado: ya no se busca liderar una gran alianza, sino fortalecer económicamente, industrial y comercialmente a EE. UU. para buscar una confrontación directa con China.

Debilitar y aislar a China sigue siendo un objetivo compartido en EE. UU., pero la táctica es distinta según quién dirija su política internacional.

Con Trump se deja de lado la posición que cada país tiene sobre la guerra de Ucrania como línea divisoria en la geopolítica internacional, y se busca situar el terreno de juego en las presiones arancelarias y las medidas coercitivas para generar un clima de miedo que frene o matice el interés de ciertos países por los beneficios que podría traerles un acercamiento a la Alianza BRICS.

Es importante recordar que la Alianza BRICS no es, ni pretende serlo, una alianza ideológica como lo fue el COMECON en la Guerra Fría del siglo XX. Es una alianza de interés de países que, sin pretender construir un sistema económico y social alternativo al actual, buscan mejorar, democratizar y hacer más justo el sistema existente, modificando sus estructuras actuales en favor del Sur Global.

Desde esta realidad, en este momento, Lula ha trata de "hacer poco ruido", decidido a evitar que las diferencias ideológicas en el seno de BRICS provoquen tensiones centrífugas y preocupados por consolidar avances económicos, comerciales y financieros.

En todo este movimiento táctico, no es casualidad que la fecha de celebración se situara en el primer semestre del año (Johannesburgo y Kazán fueron en el segundo), aunque esto dificulte los consensos, como ocurrió en la reunión de Ministros de Asuntos Exteriores sobre reformas de la ONU. Una razón para este adelanto radica, por una parte, en el interés de Brasil por preparar la Cumbre COP30, que también se celebra en Brasil este año, y también por el interés en dar mandatos a los grupos de trabajo sobre temas económicos y financieros para que se desarrollen antes de que termine la presidencia brasileña de 2025 y empiece una presidencia como la de India, que es una incógnita.

Analizando los acuerdos de la declaración final de Río de Janeiro, se destacan los siguientes puntos:

I. Reformas en la Gobernanza Global: Reivindicaciones Diplomáticas

Uno de los ejes diplomáticos más destacados fue la reiteración del compromiso con la reforma profunda del sistema multilateral. Aunque no se avancen medidas de aplicación inmediata, es importante que se mantengan en la declaración, ya que es uno de los elementos que más ha presionado Trump. Por ello, a pesar de que los avances respecto a Kazán no son espectaculares, se les ha dado prioridad. En particular, se señala:

  • Reforma de la ONU y el Consejo de Seguridad: Se demandó ampliar la representatividad de los países en desarrollo, especialmente de África, Asia y América Latina. Se subrayó el apoyo a Brasil e India para ocupar un papel más relevante dentro de las Naciones Unidas.
  •  Reforma de las Instituciones de Bretton Woods: Los BRICS insistieron en reformar el FMI y el Banco Mundial para reflejar el peso económico actual de los mercados emergentes y garantizar una estructura de gobernanza más inclusiva, equitativa y eficiente.
  • Participación de mujeres y países en desarrollo: Se propuso una representación más amplia de mujeres y ciudadanos de países emergentes en cargos de liderazgo dentro de los organismos internacionales.

Además, se condenaron las medidas coercitivas unilaterales y las sanciones económicas no autorizadas por el Consejo de Seguridad de la ONU, argumentando su impacto negativo en los derechos humanos, el desarrollo y la seguridad alimentaria. Sin embargo, un problema en las perspectivas futuras para estas cuestiones radica en que los ritmos de los diferentes países miembros o socios de BRICS no son los mismos. Se destaca especialmente el caso de Cuba, que sufre la mayor agresión de EE. UU. desde la implantación del bloqueo y necesita que las denuncias de la declaración final sobre medidas coercitivas se plasmen en actuaciones inmediatas y concretas para frenar las consecuencias de estas agresiones.

II. Aspectos Económicos y Monetarios Positivos

Aquí aparecen los elementos fundamentales de esta Cumbre, aunque la clave estará en ver cómo se trabajan y concretan los mandatos que han recibido los diferentes grupos de trabajo sectoriales.

  •  Fortalecimiento del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD): Se destacó la consolidación del NBD como un pilar estratégico para el desarrollo y modernización del Sur Global. Entre los logros y compromisos asumidos se incluyen: ampliación de la capacidad de financiamiento en monedas locales para reducir la dependencia del dólar; diversificación de las fuentes de financiamiento e incorporación de nuevos miembros; consolidación de proyectos de infraestructura, desarrollo sostenible y reducción de la desigualdad; y respaldo unánime a la reelección de Dilma Rousseff al frente del NBD. Este avance debe interpretarse como un camino práctico y positivo para financiar el desarrollo, sin recurrir a los mecanismos tradicionales sobre los que el Norte Global ha sostenido gran parte de su control hegemónico.
  •  Proyectos Innovadores de Inversión y Garantía: Se acordó el inicio de la "Nueva Plataforma de Inversiones" (NIP) y la "Iniciativa de Garantías Multilaterales" (GMB). La GMB busca reducir los riesgos de inversiones estratégicas en el Sur Global, ofreciendo instrumentos de garantía personalizados. Estas iniciativas se incubarán dentro del NBD sin necesidad de aportes de capital adicionales, permitiendo una implementación gradual y eficiente. Este tipo de mecanismos fomenta un entorno más favorable para la inversión privada en infraestructura, especialmente en economías emergentes.

La cuestión es cómo se aplica en situaciones tan complicadas como las que sufre Cuba por el bloqueo y las medidas coercitivas de EE. UU..

  • Sistemas de Pagos en Monedas Locales: La declaración final de la cumbre celebró el avance de la "Iniciativa de Pagos Transfronterizos de BRICS" y acogió el informe técnico del Grupo de Trabajo de Pagos de los BRICS, que explicó posibles estrategias para garantizar una mayor interoperabilidad entre los sistemas financieros nacionales. Esta cuestión representa uno de los logros más concretos en la dirección de la desdolarización y la autonomía financiera.

    El objetivo es hacer frente a la utilización "colonial" de SWIFT por parte de las potencias del Norte Global, ya que SWIFT es una red controlada por las principales potencias occidentales, que la utilizan como herramienta política para imponer sanciones económicas unilaterales. La Alianza BRICS busca reducir su dependencia del dólar estadounidense en el comercio y las finanzas internacionales, por lo que un nuevo sistema de pago alternativo se enfocaría en la desdolarización en los países miembros. Los objetivos de este posible nuevo sistema alternativo son: facilitar transacciones más accesibles, rápidas y seguras entre los países miembros; reducir la dependencia de plataformas controladas por potencias del Norte; fortalecer el comercio y la inversión entre los países del Sur Global; proteger a los países del bloque contra sanciones unilaterales; y asegurar mayor autonomía monetaria y financiera.
  •  Modernización de los Acuerdos de Reserva: Se avanzó en la revisión y mejora del Arreglo Contingente de Reservas (CRA). Se acordó ampliar las monedas de pago elegibles, adoptar mejores prácticas de gestión de riesgos y promover la adhesión voluntaria de nuevos miembros al CRA. El CRA funciona como un mecanismo de liquidez y respaldo mutuo frente a crisis financieras, lo que fortalece la estabilidad económica del bloque.
  • Desarrollo de Infraestructura y Comercio Sostenible: Los BRICS impulsaron en Río de Janeiro la mitigación de riesgos cambiarios en proyectos de infraestructura resiliente al clima, la creación de un centro de información sobre proyectos de infraestructura y la consolidación de mecanismos para las compras gubernamentales sostenibles, en línea con la promoción del desarrollo y la política industrial. Además, es importante que en pleno periodo de negociación de EE. UU. sobre medidas arancelarias se reafirme el apoyo al sistema multilateral de comercio basado en la OMC, poniendo énfasis en: el rechazo al proteccionismo disfrazado de medidas ambientales; la necesidad de un sistema de solución de controversias plenamente funcional; y el apoyo a la adhesión de Irán y Etiopía a la OMC. La concreción de este posicionamiento está por comprobarse, ya que BRICS no es solo una asociación para deliberar, sino para actuar después de las deliberaciones.
  •  Innovación Tecnológica, Inteligencia Artificial y Economía Digital Desde la idea de Xi Jinping de que el Norte Global inició su hegemonía planetaria con su triunfo en la primera revolución industrial, y que, por lo tanto, el Sur Global no puede perder la actual revolución industrial en su fase científico-técnica, se logró un consenso en:
  • La Declaración de los Líderes BRICS sobre Gobernanza Global de la IA, que enfatiza el desarrollo responsable, inclusivo y soberano de las tecnologías de IA.
  • El avance del BRICS Fintech Innovation Hub para promover la innovación financiera y el uso responsable de tecnologías emergentes.
  • La expansión de iniciativas en conectividad digital, internet resiliente, infraestructura de telecomunicaciones y protección de los niños en el entorno digital.

Además, se lanzó el "Entendimiento sobre la Gobernanza de la Economía de Datos", que promueve flujos de datos seguros y beneficios compartidos entre países, y la iniciativa de cooperación para evitar la fragmentación de Internet, respetando las legislaciones nacionales. Estos logros marcan un paso significativo hacia la soberanía tecnológica y la reducción de las brechas digitales en el Sur Global, como base para superar la actual dependencia de las grandes empresas dominadas por capital al servicio de los intereses del Norte Global.

IV. Avances en Agricultura, Seguridad Alimentaria y Desarrollo Rural.

En un momento de transición en el orden internacional, se considera que una salida multilateral que entierre siglos de dominio hegemónico del Norte Global debe afrontar tanto la reforma de la agricultura para garantizar la seguridad alimentaria y un desarrollo rural que saque de la pobreza extrema a cientos de millones de seres humanos, como un desarrollo industrial que permita acabar con el colonialismo industrial. En esta dirección, los países BRICS asumieron compromisos para:

  • Fortalecer la agricultura sostenible, las cadenas de valor resilientes y la producción local de insumos agrícolas.
  • Desarrollar la Bolsa de Granos de BRICS como una plataforma para estabilizar los mercados agrícolas y garantizar precios justos.
  • Promover la mecanización de la agricultura familiar y el acceso a tecnologías digitales.

Asimismo, se apoyó la "Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza" y se enfatizó la necesidad de reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos.

En relación con el Desarrollo Industrial, Pequeñas Empresas e Innovación, se puede destacar:

  • El establecimiento de Centros de Competencias Industriales y el fomento de la Industria 4.0.
  •  El fortalecimiento de las PYMES como motor del crecimiento económico inclusivo.
  • La creación de un ecosistema de startups y colaboración tecnológica entre los países BRICS.

También se avanzó en la cooperación para:

  • Desarrollo de infraestructura espacial y observación conjunta para la COP30.
  •  Establecimiento del Consejo Espacial de BRICS y del Libro Blanco sobre Recursos de Conectividad Espacial Sostenible.

Estos acuerdos promueven la transformación industrial sostenible y el liderazgo tecnológico de los países BRICS.

V. Aspectos Diplomáticos Relevantes relacionados con la situación de crisis que viven amplias zonas del planeta

Las referencias en la Declaración Final a las situaciones de conflicto se dejaron para el final del análisis, no por menor importancia, sino porque, en el sentido táctico que marcó esta Cumbre, estas cuestiones fueron tratadas buscando un equilibrio que, sin dejar de situar a BRICS en línea con la defensa de los intereses del Sur Global, evitara que las diferencias internas contaminaran otros apartados de la Cumbre. Antes de repasar los posicionamientos, se señalan dos cuestiones que evidencian cómo se resuelven estos equilibrios, de forma contradictoria: por un lado, se plantea la defensa de la solución de los dos Estados para el reconocimiento del Estado Palestino, en línea con situar a la ONU como referencia de legalidad internacional; por otro, la ausencia de cualquier mención al Pueblo Saharaui y a su derecho a la autodeterminación reconocido también por la ONU.

En lo concreto, se registraron posturas diplomáticas en los siguientes sentidos:

  • Conflicto en Gaza: Se condenó el bloqueo y los ataques israelíes, exigiendo un cese al fuego inmediato y el reconocimiento del Estado Palestino, en línea con la solución de dos estados.
  • Irán: Se condenaron los ataques a instalaciones nucleares iraníes y se respaldaron las soluciones diplomáticas.
  • Ucrania: Aunque se reconocieron las posiciones nacionales divergentes, se respaldaron las iniciativas de mediación y diálogo.
  •  Terrorismo: Se condenaron los ataques terroristas en Rusia e India, reafirmando el compromiso con la lucha antiterrorista, sin asociarla a ninguna religión o nacionalidad.
  • África: Se ratificó el principio "soluciones africanas para problemas africanos" y se apoyaron los esfuerzos de paz en Sudán, el Cuerno de África y otras regiones.
  • Haití: Se insistió en una solución liderada por los haitianos, con apoyo internacional para seguridad y desarrollo.
  • Control Nuclear: Se instó a fortalecer el régimen de no proliferación y a establecer una zona libre de armas nucleares en Oriente Medio.
  • Espacio Exterior: Se pidió evitar la militarización del espacio y se avanzó en medidas para la cooperación pacífica en actividades espaciales.

Estas posturas diplomáticas fueron firmes en su defensa del derecho internacional, pero no alcanzaron el nivel de concreción deseado.

VI. A modo de reflexión sobre la Cumbre BRICS

La Declaración de Río puede representar, si tiene un desarrollo adecuado en el segundo semestre de 2025, un paso sustantivo hacia: una arquitectura financiera más inclusiva y autónoma; el fortalecimiento de la cooperación tecnológica y la soberanía digital; iniciativas concretas para el comercio en monedas locales; el impulso a proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible; y la defensa del multilateralismo y el reclamo de reformas institucionales.

Sin embargo, persisten retos que son necesarios integrar en un proyecto común desde el respeto a la diversidad: las divergencias internas en materia geopolítica; la necesidad de convertir los compromisos en acciones concretas; y la ampliación efectiva de mecanismos como el CRA y el NBD.

En esta perspectiva, la cumbre trata de avanzar en reafirmar el papel de los BRICS como un actor central del Sur Global, ampliando su ámbito de actuación, de manera que, sin ser un bloque cerrado, haga de la diversidad y pluralidad una riqueza en la medida en que impide la consolidación de un estado de nueva Guerra Fría que divida al mundo en bloques desconectados, tal como pretenden las potencias hegemónicas del Norte Global. La alianza BRICS busca un orden internacional más equilibrado, inclusivo y multipolar, por eso se ha tratado de evitar caer en una confrontación directa con quien ha sido el "elefante" que, sin ser citado, ha estado presente en gran parte de la declaración final. Sin embargo, evitar esta confrontación no puede ser a costa de frenar la ampliación de la autonomía económica, financiera y tecnológica del Sur Global, referenciada en esta Alianza BRICS.

El Foro Internacional por la Paz: una Voz frente a la Militarización

El Foro Internacional por la Paz, celebrado en Bruselas los días 23 y 24 de junio de 2025, se erigió como una respuesta crucial a la creciente espiral belicista. Contó con una amplia y plural participación de más de 40 organizaciones de carácter político y social, lo que se reflejó en su importante Declaración Final elaborada colectivamente. A pesar de las limitaciones económicas que dificultaron la cobertura de gastos y la participación de organizaciones de Asia y África, el Foro demostró la capacidad de hacer confluir a organizaciones muy diversas.

Desde el inicio, el objetivo fue no limitarse a la exposición de ponencias, sino incidir en la agenda política internacional, promoviendo una alternativa pacifista, solidaria y multilateral frente a la agenda belicista impulsada por la OTAN, Estados Unidos y la Unión Europea, que se orienta al aumento del gasto militar en detrimento del gasto social y la cooperación al desarrollo.

El proceso de construcción del Foro y los debates, recogidos en la Declaración de Principios, la Declaración Final y el Plan de Acción, lo posicionan para trasladar a las principales articulaciones internacionales por la paz y a los gobiernos que defienden la diplomacia y la cooperación un mensaje de amplio respaldo social y político. Este respaldo se basa en coincidencias que deben permitir coordinar esfuerzos y colaborar para abrir paso a un futuro de paz y progreso para toda la humanidad, en el marco de un orden internacional multilateral.

El Foro de Bruselas se entiende como un punto de partida para aprovechar la experiencia acumulada y las sinergias generadas, avanzando en la creación de mecanismos e instrumentos de comunicación, colaboración y coordinación. No se trata de crear nuevas estructuras internacionales, sino de generar mecanismos simples y eficaces que faciliten la coordinación y cooperación en los ámbitos de reflexión y acción. Asimismo, uno de los objetivos debe ser fortalecer las articulaciones internacionales por la paz ya existentes, para que puedan tener mayor capacidad de influencia sobre quienes están siendo amenazados por una "colonización ideológica y material" promovida por el pensamiento belicista de la OTAN, la Unión Europea y los Estados Unidos.

En definitiva, se busca compartir análisis, coordinar acciones y buscar sinergias en defensa de los argumentos recogidos en la Declaración de Principios, así como desarrollar los compromisos contenidos en la Declaración Final para materializar las propuestas colectivas del Foro de Bruselas.

Entre los elementos prioritarios del Plan de Acción, destaca el llamamiento a realizar acciones en todo el mundo el próximo 21 de septiembre, Día Mundial de la Paz de la ONU, en defensa de la Paz y en oposición al aumento del gasto militar, al mantenimiento de bases militares y a la existencia de organizaciones militares como la OTAN. En este ámbito, se enfatizó la necesidad de apoyar la campaña "Stop Rearme Europa".

La Declaración contempla la propuesta de estudiar la constitución de un "Grupo de Organizaciones Amigas de la Paz", en sintonía con el "Grupo de Países Amigos de la Paz" creado en el seno de la Asamblea General de Naciones Unidas. Un nuevo encuentro de este grupo solo tendría sentido si se logra avanzar significativamente en el desarrollo del plan de trabajo acordado.

Entre los elementos positivos, se destaca la implicación de un amplio y diverso conjunto de organizaciones, algunas con representación institucional en gobiernos. También se valora muy positivamente la participación, a través de videos, de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, y del presidente de Brasil, Luiz Ignacio Lula da Silva, así como los mensajes escritos del presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, y de la presidenta del movimiento Morena de México, María Luisa Alcalde.

A pesar de las limitaciones financieras y operativas que dificultaron la participación de organizaciones de Asia y África, uno de los retos fundamentales es ampliar la participación de organizaciones de estas regiones, que son escenario de numerosos conflictos y enfrentan múltiples dificultades. Tras el éxito del Foro, es imprescindible realizar una valoración más concreta del proceso, identificando sus logros para potenciarlos y sus déficits para superarlos.

En este debate, se debe avanzar en la creación de mecanismos de coordinación, pero, sobre todo, debe asumirse el compromiso de aquellas organizaciones que deseen participar coordinadamente en la implementación del plan de acción, estableciendo vínculos con gobiernos aliados y articulaciones internacionales pacifistas, para fortalecer sus actividades e impulsar nuevas iniciativas.

Finalmente, se destaca el esfuerzo del grupo de coordinación y del equipo técnico-operativo, quienes superaron las limitaciones económicas y logísticas, permitiendo el éxito organizativo y sociopolítico del evento. Es fundamental capitalizar las lecciones aprendidas para futuras actividades.

Valoración Final y Conclusión: Un Mundo en Bifurcación

Las Cumbres de la OTAN y BRICS, junto con el Foro Internacional por la Paz, dibujan un panorama geopolítico de profundas contradicciones y una clara bifurcación de modelos para el orden mundial. La coincidencia temporal de estos eventos a mediados de 2025 no es casual y subraya la intensificación de las dinámicas de poder global.

Por un lado, la Cumbre de la OTAN en La Haya representa la reafirmación de una visión unipolar y hegemónica, liderada por Estados Unidos bajo la renovada administración Trump. La exigencia de un aumento desproporcionado del gasto militar al 5% del PIB de los aliados no es solo una medida económica para beneficiar la industria armamentista estadounidense, sino una imposición ideológica que subordina la autonomía estratégica de Europa y Canadá a los intereses de Washington.

La ausencia de menciones significativas a la diplomacia, la resolución pacífica de conflictos o el respeto al multilateralismo de la ONU en la declaración final de la OTAN es un indicador preocupante de la consolidación de una lógica de confrontación y rearme permanente. Esta cumbre consolida un "mercado único de la guerra" y desvía recursos vitales de políticas sociales hacia la militarización, una "traición" a los pueblos europeos según el análisis proporcionado. La OTAN, en esta formulación, se posiciona como un obstáculo para la paz y la justicia social, promoviendo una Europa militarizada y dependiente, en lugar de una que garantice derechos y apueste por la diplomacia.

En contraste, la Cumbre BRICS en Río de Janeiro se presenta como el motor de una visión multipolar y más inclusiva para la gobernanza global. A pesar de las evidentes diferencias tácticas y las sensibilidades internas, especialmente en un contexto de negociaciones arancelarias con la administración Trump, los BRICS demostraron su compromiso con la reforma de las instituciones globales existentes y la consolidación de mecanismos económicos y financieros propios. La priorización del diálogo, el desarrollo inclusivo y el fortalecimiento de instrumentos financieros del Sur Global, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD) y la Iniciativa de Pagos Transfronterizos en monedas locales, son pasos concretos hacia la desdolarización y una mayor autonomía económica y financiera. La declaración final de BRICS, aunque no siempre con la concreción deseada en temas geopolíticos sensibles, mantuvo la reivindicación de reformas

en la ONU y las instituciones de Bretton Woods, y condenó las medidas coercitivas unilaterales. El enfoque en la innovación tecnológica, la inteligencia artificial, la seguridad alimentaria y el desarrollo industrial sostenible evidencia una agenda que busca superar la dependencia y las brechas con el Norte Global. La alianza BRICS, con su diversidad, busca ser un actor central del Sur Global que impida la consolidación de una "nueva Guerra Fría" con bloques desconectados.

En medio de esta polarización estratégica entre el "Norte Global" (liderado por EE.UU. y la OTAN) y el "Sur Global" (representado por los BRICS), surge la voz de la sociedad civil a través del Foro Internacional por la Paz en Bruselas. Este foro, pese a las limitaciones de recursos, logró aglutinar a una amplia y plural participación, demostrando un respaldo social y político significativo a una alternativa pacifista y multilateral. La Declaración Final y el Plan de Acción del Foro, con su llamado a acciones globales contra el aumento del gasto militar y el apoyo a la campaña "Stop Rearme Europa", son un contrapunto directo a la agenda belicista de la OTAN. La propuesta de crear un "Grupo de Organizaciones Amigas de la Paz" en sintonía con el "Grupo de Países Amigos de la Paz" de la ONU, busca fortalecer la coordinación entre gobiernos y movimientos sociales que abogan por la diplomacia y la cooperación. Este Foro subraya la necesidad de una Europa desmilitarizada, enfocada en derechos y solidaridad, y defiende una seguridad construida sobre la justicia social, no sobre ejércitos.

Los retos que vive la actual coyuntura geopolítica están sobre la mesa. Las bases para el segundo semestre de 2025 están puestas, y en él se empezará a determinar el éxito o fracaso de la "nueva táctica del imperialismo" para frenar su pérdida de iniciativa frente al Sur Global. La colaboración entre gobiernos y organizaciones políticas y sociales amantes de la Paz, la Solidaridad y el Progreso de los Pueblos se vuelve cada vez más necesaria. La activación de la campaña "Stop Rearme", las actividades del 21 de septiembre en defensa de la Paz y contra el aumento del gasto militar, y la creación de un mecanismo de cooperación entre organizaciones amigas de la Paz que conecte con el Grupo de Países amigos de la Paz en la ONU, son fundamentales para fortalecer el Movimiento por la Paz.

En esencia, mientras la Cumbre de la OTAN evidencia la determinación del Norte Global de mantener su hegemonía a través de la militarización y la confrontación, la Cumbre BRICS representa el esfuerzo del Sur Global por construir un orden internacional más justo, equitativo y multipolar, basado en la cooperación económica y la reforma institucional. En medio de esta dicotomía, el Foro Internacional por la Paz emerge como una voz crítica y constructiva, que busca movilizar a la sociedad civil global en defensa de la diplomacia, el desarme y una verdadera seguridad humana. El futuro del orden internacional dependerá de la capacidad de estas fuerzas contrapuestas para moldear la realidad geopolítica, con el "sembrar vida y progreso" como objetivo frente a quienes pretenden "crear muerte y destrucción".

José Luis Centella
Responsable Geopolítica Asociación Patrice Lumumba