Una reflexión apresurada sobre la visita de Zelenski a la Casa Blanca

Zelenski y Trump en la Casa Blanca

La confrontación dialéctica entre Trump y Zelenski en la Casa Blanca viene a escenificar la contradicción entre las dos tácticas que tiene el capital para salir de su crisis y no perder su poder hegemónico mundial.

La que aplicaba la alianza Biden/UE basada en la globalización neoliberal y la nacional capitalista que representa Trump, basada en un fortalecimiento unilateral de EEUU. 

En esta confrontación la guerra de Ucrania formaba parte de la táctica neoliberal, que pretendía convertirla en la bandera de enganche para configurar un bloque desde el que confrontar con otro bloque, en el que situaban a Rusia, China y todos aquellos países que no aceptaban su política de salida militar de la Guerra en favor de Zelenski, por lo que nunca fue asumida por el nacional capitalismo USA que representa Trump.

En la escenificación de la comparecencia de la Casa Blanca aparece una duda, ¿por qué fracasa una Cumbre que había sido preparada para que Zelenski aceptara un alto el fuego y la entrega de las Tierras Raras a EEUU a cambio de mantenerse en el poder en una Ucrania que pasaba a ser "protectorado" de EEUU?.

Solo a modo de hipótesis vengo a plantear que es posible que desde que se anunció el preacuerdo que se tenía que haber ratificado en la visita de Zelenskia la Casa Blanca, la maquinaria de la UE y del Reino Unido se hayan puesto en marcha para convencer a Zelenski de que no aceptara el alto el fuego, como lo convencieron de que no aceptara el acuerdo en las negociaciones de Turquía.

Este cambio de posición de Zelenski puede explicar la sobreactuación de un Trump que se ve frustrado en su intención de aparecer como el gran muñidor del acuerdo que ponía fin a la guerra.

Es curioso que se haya puesto el foco en la "bronca" y no se aluda a la reunión mantenida para concretar el pre-acuerdo que se había negociado anteriormente y parecía listo para la firma,

A partir de esta constatación de que Trump está dispuesto a imponer su táctica,sin muchos miramientos, aunque todavía siguen abiertos muchos interrogantes, se pueden empezar a plantear algunas cuestiones:

El objetivo de Trump sigue siendo que EEUU no pierda la hegemonía mundial que le permita dictar las reglas sobre las que se basan las relaciones económicas, comerciales y políticas y controlar las instituciones de Bretton Woods que marcan esas reglas.

Desde esta hegemonía mundial, Trump, pretende ir a la confrontación de quienes cuestionen este dominio, de forma especial con China a la que, no por casualidad, califica de ENEMIGO SISTÉMICO. Esto, como decía, supone un cambio de táctica en referencia a la etapa de Biden.

Ahora Trump para superar la crisis de EEUU y mantener altas tasas de beneficios blinda el mercado interior aplicando aranceles, reduce por una parte gastos que considera "superfluos" para ese fortalecimiento del capital nacional, para de forma cínica decir que recorta gastos sociales. También plantea recortar gastos militares en los conflictos donde considere que no va a obtener beneficios directos, pero tiene que resolver los perjuicios que este recorte puede suponer para su industria militar, por eso necesita que ese recorte sea compensado por un incremento del gasto militar de Europa.

Para ello Trump está moviendo fichas para:

  1. Debilitar a la Alianza BRICS+ en su capacidad de crear un marco de relaciones internacionales multilaterales con organizaciones económicas propias que se salgan del establecido en Bretton Woods. Hasta el momento las fichas han sido: Acercamiento a Putin en la salida de la guerra de Ucrania, reunión con el primer ministro de India y elección de Arabia Saudí como sede de la reunión Rusia-EEUU.
  2. Frenar la Nueva Ruta de la Seda por ser esta iniciativa no solo un instrumento con el que China busca abrirse al mundo, sino por lo que le supone de peligro al monopolio de EEUU a la hora de dictar las reglas comerciales en todo el planeta.

Biden quiso combatir la NRS con proyectos alternativos en África y América Latina pero fracasó porque estos proyectos de inversiones alternativas a la NRS seguían manteniendo la lógica colonial. 

Trump empieza su batalla contra la NRS cambiando esta táctica que pasa a ser el empleo de la presión política, económica y sobre todo la militar para conseguir el objetivo de romper esta NRS.

En esta táctica de presión, Trump, empieza por un territorio estratégico para EEUU, América Latina, un territorio que necesita recuperar y someter, y en lo concreto ataca un punto clave en la vía latinoamericana de la NRS, el Canal de Panamá, al tiempo que a través de una de sus principales terminales políticas, Milei, trata de dinamitar la CELAC como instrumento que daría capacidad a América Latina y el Caribe no solo de utilizar en beneficio propio los recursos naturales de la región, sino la capacidad de ser independiente en sus relaciones internacionales y cambiar las relaciones coloniales que han sufrido desde su independencia por otras de beneficio mutuo que ofrece la NRS.

Desde esta perspectiva hay que considerar que Trump esta poniendo rápidamente sus cartas sobre la mesa, entre otras cuestiones, porque es consciente de que tiene poco tiempo para evitar que la consolidación del multilateralismo haga irreversible el declive USA y ha demostrado que no se detendrá en el uso de todos los recursos a su alcance, incluido el militar, para imponer sus planteamientos.

La cuestión es ver como responden a una situación que abre algunas incógnitas sobre:

  • Cómo actuará el capital ruso, y el de resto de países capitalistas que forman parte de los BRICS+ y que están siendo “tocados” por Trump, fundamentalmente India y Arabia Saudí. Esto lo veremos en la Cumbre que se celebrará en Brasil este año.
  • Cómo China mantiene el desarrollo de su política de coexistencia pacifica, tal y como ha declarado en la Cumbre de Múnich de Febrero y persiste en la extensión de la NRS por todo el planeta.
  • Cómo se sitúa una Europa, que apostó todas sus cartas a la táctica neoliberal de Biden, entregando su política exterior a la OTAN incluida, y que se encuentra ahora arrinconada por Trump que por una parte le impone aranceles y por otra le trata de forzar a un aumento de gastos militares..
  • Cómo reorienta la OTAN su estrategia y su táctica para situarse en esta nueva coyuntura.

En un primer momento la respuesta desde la UE está siendo un empecinamiento en no contemplar el apoyo a un alto el fuego inmediato en Ucrania para abrir negociaciones de Paz y una entusiasta aceptación del aumento de gastos militares.

En relación con los anuncios de la imposición de aranceles por parte de Trump, la UE ha realizado alguna declaración de rechazo y algún anuncio de medidas recíprocas a esta imposición de aranceles.

A la espera de cómo se reacciona en otros ámbitos regionales, nuestra primera responsabilidad está en plantearnos cómo actuamos sobre los escenarios en los que podemos incidir, UE y España.

Desde este análisis ¿Qué hacer?

Además de constatar el fracaso de una UE surgida en Masstrich, que el capital europeo se empeñara en mantener, es necesario plantear como responder a esta táctica de Trump, que sitúa la contradicción actual entre fortalecimiento del poder hegemónico unilateral de EEUU y una multilateralidad sin centros de poder hegemónicos.

Para ello entre otras cuestiones se debería:

  • Confrontar con lo que empieza a ser el discurso de la UE en su empeño de mantener la guerra de Ucrania como instrumento del capital neoliberal y poner en valor que defender un alto el fuego y una salida negociada de la guerra de Ucrania no es estar con Trump, ni tampoco con Putin, que pueden pretender una situación de mantener un status quo sin más, sino que es estar del lado de la necesidad que tiene Europa de buscar un modelo de Seguridad Global e Integrado que dé tranquilidad a todos los estados de la región y permita recortar gastos militares y aumentar gastos sociales (Un aumento del gasto social es la mejor forma de evitar que la crisis siga siendo el mejor caldo de cultivo del fascismo).
  • Sostener este discurso que liga el alto el fuego en Ucrania con una Conferencia de Paz y Seguridad en Europa que garantice la tranquilidad a todos los estados del Continente en cuatro propuestas concretas:
  1. Frente a los aranceles la respuesta no puede ser tomar medidas en el mismo sentido de imponer aranceles a EEUU, sino el de abrir relaciones multilaterales. Esto significa recuperar el acuerdo con China, arrinconado desde que la presión de Biden sumó a la UE a la política de bloques, desarrollar realmente una cooperación con América Latina y el Caribe y recuperar la conexión con Rusia, eliminación de sanciones y reparación del Gaseoducto.
  2. No aceptar la subida del gasto militar y buscar una política de Seguridad Europea desde la autonomía estratégica que sea integral. 
  3. Fortalecimiento de las NNUU y sus diferentes organismos y agencias, para lo que es imprescindible una reforma que le permita cumplir los objetivos de su Carta Fundacional en un Orden Internacional de carácter multilateral sin centros de poder hegemónicos.
  4. Frente al peligro de que Putin y Trump acuerden poner fin a la guerra sin que se hable de desarrollar un modelo que de garantías y seguridad a todos los estados de la región, cobra todo su sentido reclamar que se  diseñe un modelo de Seguridad Global e Integrado para toda Europa.

Estas propuestas se pueden desarrollar en:

  1. Implicación en la Conferencia por la Paz que se está organizando para final de junio, en paralelo a la Cumbre de la OTAN que definirá la estrategia de esta organización en la actual coyuntura geopolítica. Aquí el desarrollo de un capítulo español que muestre los beneficios de una salida negociada de la guerra de Ucrania en el marco de un modelo de Seguridad Global e Integrado.
  2. Tratar de impulsar una movilización general contra los aranceles de Trump, de manera especial en los sectores más afectados por los aranceles. Es increíble que el sector agrario que se movilizó contra la Agenda 2030 no se esté movilizando hoy contra los aranceles.
  3. Plantear iniciativas para que España desarrolle una apertura en sus relaciones económicas, comerciales y políticas.
  4. Oposición sin matices al aumento del gasto militar, entendido este gasto como el total de gastos con repercusión militar, y a ese envío de 1.000 millones de euros a Ucrania que ha anunciado Pedro Sánchez y plantear unos PGE a la ofensiva en el gasto social y reactivación económica.

Aquí el problema es saber si España tiene SOBERANÍA para realizar una política independiente o si se verá OBLIGADA a seguir la política que se decida en la UE, aunque esta sea contraria a los intereses de nuestro pueblo