De la reunión de Trump con Zelenski a la cumbre de Londres

Cumbre de Londres 2025

La Cumbre celebrada en Londres, por  iniciativa del Gobierno británico, viene a reafirmar la tesis de que en este momento se están confrontando dos tendencias en el seno del capitalismo, la representada por Trump que venimos definiendo como “nacional capitalista” y la que ahora trata de representar Reino Unido y Francia en la cumbre de Londres, que mantiene la apuesta neoliberalismo global.

Todo ello mientras Trump defendía y estuvo a punto de conseguir que Zelenski aceptara un alto el fuego acompañado de un acuerdo que otorgase a EEUU la gestión de gran parte de los recursos naturales ucranianos y permitiese que fuesen los Estados Unidos quienes garantizasen sobre el terreno la seguridad de Ucrania.

Este acuerdo permitía, en primer lugar, a Trump presentar un importante éxito político, no olvidemos que sería la primera vez en mucho tiempo que Estados Unidos aparecería como la promotora de un acuerdo, disputando ese papel a China, que ha conseguido importantes éxitos diplomáticos en los últimos tiempos.

Pero lo más importante es que serviría para fortalecer el capital nacional de Estados Unidos que se apropiaría del aporte de esos importantes recursos naturales ucranianos y además se beneficiaria de los beneficios de la reconstrucción de Ucrania, al estilo de lo que supuso la reconstrucción de Irak. En todo caso lo que conseguía era dejar a Europa al margen de cualquier protagonismo político y beneficio económico.

En la Cumbre de Londres no es casualidad que el Reino Unido juegue un papel protagonista y la Francia de Macron sea su socio preferente, con un perfil bajo de la Presidenta de la Comisión Europea.

El objetivo de un Reino Unido recién salido de la UE y con necesidad de fortalecer su vinculo Atlántico, es tener un acuerdo que le sirva de soporte para negociar directamente con Estados Unidos, un punto de encuentro que impida el choque de las dos tendencias del capitalismo.

No olvidemos que el choque entre dos tendencias del capitalismo fue lo que llevó a la Primera y a la Segunda Guerra Mundial. Tampoco olvidemos que en esos años también el Reino Unido intentó el mismo acuerdo sin ningún éxito.

De esta base, nos llegan 4 puntos que parecen ser lo acordado en Londres:

  • Mantener el flujo de ayuda militar a Ucrania mientras la guerra continúe y aumentar la presión económica sobre Rusia.
  • Cualquier paz duradera debe garantizar la soberanía y seguridad de Ucrania, y Ucrania debe estar presente en cualquier negociación de paz.
  • En caso de un acuerdo de paz, los líderes europeos trabajarán para disuadir cualquier futura invasión de Rusia en Ucrania.
  • Se establecerá una “coalición de países” para defender a Ucrania y garantizar la paz en el país.

Una simple lectura de estos 4 puntos nos indica algunas cuestiones importantes:

No se habla para nada de un “alto el fuego” inmediato con control internacional de las NNUU, que se trasladase a las partes en conflicto.

Tampoco se habla de garantizar la seguridad de todos los Estados de la región, solo se habla de la seguridad de Ucrania. No olvidemos que en esa zona existen varios conflictos territoriales con soberanías en disputa, todo ello fruto de la desastrosa e interesada desmembración de la antigua Unión Soviética y que solo un acuerdo que dé seguridad a todos los países de la región puede tener asegurada su persistencia en el tiempo.

En el mismo sentido no se habla de que la negociación de paz y las garantías de futuro se hagan con la participación de todas las partes interesadas en el marco de organismos internacionales como la OSCE y las Naciones Unidas, al contrario, se plantea conformar una confusa “coalición de países”; en otra traducción se habla de una mas confusa “coalición de voluntarios”, con un compromiso de aportar “tropas sobre el terreno y aviones en el aire”, sin indicar de quiénes dependerían esas fuerzas que se propone desplegar en Ucrania.

Por cierto, este planteamiento se parece bastante al que hizo  Biden en otro tiempo,  cuando planteó una alianza de estados democráticos para confrontar con estados autoritarios en la aplicación de la táctica del capitalismo neoliberal.

En consecuencia, en esta reunión se reafirma:

  • Que los estados europeos vuelven a ser un obstáculo, como lo fueron en Turquía al inicio de la guerra, para lograr un alto el fuego inmediato, que fuera el paso previo a la apertura de una negociación para una salida a la guerra con un acuerdo justo y estable, en la medida que garantice la seguridad de todos los países de la región al mismo tiempo.
  • Que la Unión Europea se reafirma en mantener y extender el modelo de seguridad militarista basado en la disuasión militar, llevando a sus países a un incremento del gasto militar, a costa de reducir gastos sociales, con lo que esto supone de prolongar una crisis económica que sufren millones de personas en toda Europa y que se está convirtiendo en el caldo de cultivo para el avance del fascismo.
  • Que no se contempla la celebración de una Conferencia de Seguridad para toda Europa que pueda plantear un modelo de seguridad y cooperación que dé estabilidad y confianza a todos los países que permita una debilitación del gasto, en favor de un aumento de la economía social y productiva.
  • Que no se contempla recuperar las relaciones con Rusia, sino que se plantea aumentar la presión y el saqueo de sus fondos depositados las el Banco Británico. Parece que no se entiende que ese movimiento sigue favoreciendo a un Putin que se fortalece en el nacionalismo ruso.

Desde esta perspectiva en el momento, en el que se activa un debate en torno a la salida de la Guerra de Ucrania, es necesario recordar que además de los planteamientos de Trump y de la Cumbre de Londres existe una posición que está siendo ocultada deliberadamente a la opinión pública europea y mundial, la que plantean China y Brasil en su propuesta de salida negociada de la Guerra.

A los medios de comunicación europeos les interesa que solamente aparezcan las dos posiciones: la que representa Trump y la que representa la Cumbre de Londres, para situar a quienes se oponen a las medidas que plantea la Cumbre de Londres como aliados de Putin y ahora de Trump.

Nuestro reto es introducir en el debate que desde China y Brasil se plantea desde hace meses una propuesta que presenta los siguientes puntos:

  1. No escalada de las acciones militares ni provocaciones por ninguna de las partes, es decir, proceder a un alto el fuego.
  2. Una conferencia de paz internacional aceptada tanto por Rusia como por Ucrania, que incluya una “discusión justa” de todos los planes de paz.
  3. Un aumento de la asistencia humanitaria para “prevenir una crisis humanitaria a mayor escala”, así como un intercambio de prisioneros de guerra y ningún ataque a civiles.
  4. Se deben hacer todos los esfuerzos posibles para “prevenir la proliferación nuclear y evitar la crisis nuclear”.
  5. “Hay que oponerse a los ataques a centrales nucleares y otras instalaciones nucleares pacíficas”.
  6. Mayor cooperación internacional en varios temas con el fin de “proteger la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales”.

El objetivo es evidenciar que hay tres posiciones sobre la mesa y que sobre la tercera posición, la que presentan China y Brasil, es posible realizar un trabajo social, político, institucional que conjugue la respuesta táctica a la coyuntura con una respuesta estratégica de medio y largo alcance:

  1. Una respuesta a la coyuntura centrada en la defensa de un alto el fuego, con control de Naciones Unidas, en oposición a cualquier aumento del gasto militar y en la convocatoria de una negociación de paz para Ucrania en la que se pongan sobre la mesa todos los planes de paz presentados y que cuente con la participación de todos los países que puedan aportar soluciones a la guerra. Una negociación que plantee una salida a la Guerra enmarcada en una seguridad para toda la región.

    Esta respuesta a la coyuntura se plasma en la necesidad de plantear dos cuestiones básicas, por una parte, defender que frente a los aranceles que pretende Trump, la respuesta debe abrir unas relaciones multilaterales con todos los países del mundo.

    Esto significa levantar las presiones que tratan de impedir que los países de la Unión Europea se integren en la Nueva Ruta de la Seda, suspender los aranceles impuestos a China, y recuperar el acuerdo de cooperación estratégica, arrinconado desde que la presión de Biden sumó a la UE a la política de bloques.

    Al mismo tiempo es el momento de intensificar realmente una cooperación con América Latina y el Caribe y recuperar la conexión con Rusia, eliminación de sanciones y reparación del Gaseoducto.

    Por otra parte, es imprescindible rechazar activa y firmemente cualquier subida del gasto militar y buscar una política de Seguridad Europea desde la autonomía estratégica que sea global e integral.

  2. Una respuesta a medio plazo que contemple:
    • Elaboración de una propuesta de Seguridad y Cooperación Europea que ponga en valor y actualice los “La Carta de París” en el marco de un modelo de seguridad global, integral para toda la comunidad internacional que entierre la política de disuasión militar, y se abra a la coexistencia pacífica, una Cooperación Internacional de beneficio mutuo.
    • Elaboración de un modelo de integración europeo que defienda la autonomía estratégica, la horizontalidad en las relaciones entre países que respete e integre las distintas soberanías nacionales en un proyecto común, solidario y socialmente avanzado, con un procedimiento democrático en la forma y en el fondo es decir que sea participativo y protagónico de la mayoría social.
    • Una reforma de las instituciones internacionales en la línea de lo planteado por la alianza BRICS+ en la Cumbre de Kazán para avanzar hacia un orden internacional multilateral sin la existencia de un poder hegemónico, con posibilidad de unas NNUU reformadas que puedan desarrollar su Carta Fundacional.

Por último, hay que decir que el aumento del protagonismo de las posiciones en torno a la salida de la guerra de Ucrania, no puede hacernos olvidar que en América Latina y en el Caribe, también se está desarrollando una ofensiva de Trump para destrozar cualquier posibilidad de articulación regional que le impida conseguir el control de la totalidad de la América Latina y el Caribe.

Al tiempo, Trump, intensifica los ataques contra México, Cuba y otros países que se opongan a sus pretensiones. No se puede contemplar hacer frente a la ofensiva de Trump para imponer su hegemonía mundial sin acompasar las propuestas de paz y seguridad que se están discutiendo para Europa. Con las propuestas de paz y seguridad que se defienden en América Latina y el Caribe y que han venido planteando la CELAC y otras instancias, para defender, entre otras cuestiones que el Atlántico en su totalidad sea considerado territorio de paz, libre de armas nucleares y bases militares.

De la misma manera no se puede olvidar que en la zona Asia Pacífico también se juega el futuro de la paz en el mundo, porque Trump puede pretender bajar la tensión en Europa, congelar la guerra de Ucrania, para dedicar esos medios materiales y militares al objetivo de aumentar la tensión en la zona de Asia Pacífico.

Aquí el objetivo a plantear es que el Pacífico sea considerado como una zona de paz, libre de tensiones militares.

Finalmente, no se puede olvidar la necesidad de integrar al continente Africano en el esquema de seguridad mundial, empezando por elaborar un proyecto de cooperación al desarrollo que reponga las consecuencias de siglos de colonialismo que han degradado el territorio, ha esquilmado los recursos naturales y explotado a los pueblos africanos.

Es necesario plantear una política de cooperación que supere los problemas de hambre, enfermedades, falta de vivienda, agua, etc. que sufren millones de seres humanos en toda África.

En consecuencia, se reafirma la necesidad y oportunidad de preparar y celebrar una Cumbre Internacional por la Paz que presente a todos los pueblos del mundo, un horizonte alternativo al que están preparando las dos tendencias del capitalismo y es que, como hemos dicho, van a intentar resolver sus diferencias en la Cumbre de la OTAN de La Haya.

En esta Cumbre la OTAN tratará de definir una estrategia y una táctica para sobrevivir y situarse en una nueva coyuntura en la que puede deja de ser el principal soporte de la política exterior de EEUU, en la medida que Trump busca ejercer el “mando” en el Mundo de una manera directa.

Siendo conscientes de que el imperialismo aspira a tener un plan global, que aplica localmente, en función de las características de cada región, tenemos que preparar una respuesta que debe contar también con un diseño global y con una aplicación localizada que sea el plan que defienda la vida como centro de toda acción política.

Una Cumbre Mundial por la Paz que articule una propuesta política, social e institucional en defensa de un orden multilateral, con base en un modelo seguridad integral y global que no busque la tranquilidad de unos estados a costa de la inseguridad de otros, y permita conjugar la defensa de la paz, con mantener la soberanía de los países y pueblos de todo el mundo, acabando con esquemas coloniales y medidas coercitivas que se aplican, de manera unilateral, por centros de poder hegemónicos que se consideran verdaderos dueños del mundo  

Una Conferencia que dé el salto de una fase declarativa a una propositiva, en la que se pueda presentar el trabajo realizado en ámbitos gubernamentales, sociales, político y ciudadanos en la defensa de la paz, y la solidaridad internacional para elaborar colectivamente propuestas con capacidad para marcar la agenda política internacional, disputando la iniciativa a la agresividad de la política imperialista de Trump y a quienes desde la Cumbre de Londres pretenden mantener una política belicista.

Por ello esta Conferencia debe ser inclusiva de todas las regiones del planeta, porque no es posible dar la batalla de una forma aislada y unilateral.

De esta manera, esta Conferencia debe permitir dar la batalla en las instituciones internacionales, nacionales y regionales desde propuesta concretas, que impulsen una gran movilización popular en defensa de la paz y el derecho soberano de los pueblos a construir un futuro de paz y progreso para toda la humanidad, en armonía con la naturaleza.

Seamos conscientes de que, solamente sumando la presión popular, con el trabajo institucional, se pueden derrotar las pretensiones imperialistas de Trump, por lo que dediquemos los mejores esfuerzos materiales y humanos a que la Conferencia Internacional por la Paz y la Contra Cumbre de la Haya sean un éxito.


SESIÓN DE ESTRATEGIA ASOCIACIÓN PATRICE LUMUMBA