Informe sobre la 25ª Cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS)

25 Cumbre de Shangai

Tianjin, China – 31 de agosto al 1 de septiembre de 2025


La Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), fundada en 2001, ha evolucionado desde una alianza regional centrada en la seguridad hacia una plataforma multilateral que abarca cooperación económica, política, tecnológica y cultural, celebró su 25ª edición, en la ciudad portuaria de Tianjin, reuniendo a líderes de 20 países miembros, observadores y socios de diálogo, consolidando su papel como contrapeso a las alianzas occidentales. La cumbre se desarrolló en un contexto de creciente tensión geopolítica, lo que otorgó especial relevancia a los debates y acuerdos alcanzados.

Destacó la participación de los jefes de Estado y de Gobierno de los diez países miembros: China, Rusia, India, Pakistán, Irán, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán y Uzbekistán. También asistieron representantes de países observadores como Turquía, Egipto, Indonesia, Vietnam y Malasia, así como el secretario general de la ONU, António Guterres. La diversidad de participantes refleja el creciente interés global en la OCS como plataforma de cooperación multilateral. 

Destacaron las presencias de Xi Jinping (China), Vladimir Putin (Rusia), Narendra Modi (India), Recep Tayyip Erdogan (Turquía), Massoud Peseschkian (Irán), Alexander Lukashenko (Bielorrusia

La cumbre abordó una amplia gama de temas estratégicos, entre ellos la seguridad regional, la lucha contra el terrorismo, la guerra en Ucrania, la cooperación económica y comercial, el multilateralismo, la gobernanza global y la situación humanitaria en Gaza. Cada uno de estos temas fue tratado en sesiones específicas, con propuestas concretas para fortalecer la colaboración entre los países miembros.

Al terminar la Cumbre, el ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yipresentó los ocho grandes resultados de la cumbre, que incluían: 

  1. Estrategia de desarrollo para la próxima década: Se definió una hoja de ruta para fortalecer el “Espíritu de Shanghái” y avanzar hacia un mundo multipolar.
  2. Defensa de la memoria histórica: Se emitió una declaración conmemorativa por el 80º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial.
  3. Apoyo al sistema multilateral de comercio: Se reafirmó el respaldo a la OMC y se condenó el unilateralismo económico.
  4. Creación de cuatro centros de seguridad: Para combatir amenazas transnacionales, crimen organizado, ciberseguridad y narcotráfico.
  5. Establecimiento de un banco de desarrollo de la OCS: Para financiar proyectos de infraestructura y desarrollo regional utilizando las monedas locales para salir de la dictadura del dolar.
  6. Lanzamiento de seis plataformas de cooperación práctica: En energía, economía digital, educación técnica y ciencia.
  7. Planes de acción para el desarrollo de alta calidad: En IA, industria verde, innovación y comercio.
  8. Reforma institucional: Se fusionaron los estados observadores y socios de diálogo en una nueva categoría: “socios de la OCS”.

Estos resultados reflejan el compromiso de los países miembros con una cooperación más profunda y estructurada.

La cumbre evidenció una reconfiguración de alianzas, con China y Rusia reafirmando su alianza estratégica como alternativa de relaciones internacionales multilaterales a la estrategia de Guerra Fría que esta tratando de consolidar la OTAN, en este marco es importante señalar que India y China mostraron señales de acercamiento tras años de tensiones fronterizas, asícomo la foto tripartita de los máximos dirigentes de India, Rusia y China. Estas dinámicas refuerzan la idea de un orden mundial multipolar.

Uno de los temas más relevantes que se trato en la reunión fue seguir avanzando en la desdolarización, en este sentido, los países miembros acordaron continuar usando sus propias monedas en transacciones bilaterales, como respuesta a las sanciones y aranceles que EE.UU. esta tratando e imponer a aquellos Países que no acepten desconectarse de China y Rusia. Además, se anunció una inyección de 280 millones de dólares en subvenciones para proyectos de seguridad y comercio regional, lo que demuestra el compromiso de la OCS con el desarrollo económico sostenible de beneficio común.

La cumbre fue también una plataforma para expresar condenas a los ataques de EE.UU. e Israel contra Irán, también se rechazaron las medidas coercitivas unilaterales de EE.UU. contra países que no aceptan su hegemonía y se denunció la situación humanitaria en Gaza. Estas posturas refuerzan la posición de la OCS como alternativa al orden hegemónico occidental, defendiendo un enfoque más equitativo y abierto en las relaciones internacionales.

De importancia es señalar que aunque América Latina y el Caribe no forma parte de la OCS, se mencionó su creciente interés en el bloque. La implicación de Brasil en la Alianza BRICS+, las crecientes relaciones de Lula con Xi Jinping, la entrada de Cuba en el Grupo de Países aliados de BRICS+ y el acercamiento de Colombia a BRICS+, son claras señales de acercamiento. En este momento se puede empezar a considerar que la sinergias existentes entre la OCS y BRICS+ podrían convertirse en una referencia de todo tipo para países latinoamericanos y caribeños que buscan alternativas al modelo de hegemonía estadounidense.

Desde este análisis, la 25ª Cumbre de la OCS puede significar un avance en la configuración de un orden multilateral sin potencias hegemónicas, con una agenda ambiciosa, resultados concretos y una clara intención de reformar el sistema global, la OCS se consolida como un actor clave en el escenario multipolar.

La cumbre no solo reafirmó la cooperación entre sus miembros, sino que también proyectó una visión alternativa de gobernanza, desarrollo y seguridad, lo que la sitúa en la linea de la Cumbre de BRICS+ de Rio de Janeiro y certifica por el momento el fracaso de Trump de sembrar las discordias en estas alianzas que hoy por hoy son el principal freno a la pretensión de Occidente de recuperar su dominio en un Orden Internacional Unipolar basado en unas reglas que responsan a sus intereses económicos y políticos y a unos valores éticos y morales sobre los que ha construido su hegemonía ideológica desde hace siglos.

La valoración conjunta de estas cumbres, de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y BRICS+, han evidenciado una convergencia estratégica en la defensa del multilateralismo, especialmente desde la perspectiva del Sur Global. Aunque sus estructuras y prioridades específicas difieren, ambas plataformas han articulado una visión común que desafía el orden internacional dominado por potencias occidentales y promueve un sistema más inclusivo, equitativo y representativo que se puede explicar en los siguientes temas:

  1. Rechazo al unilateralismo y a las medidas coercitivas
    Tanto la OCS como BRICS+ han denunciado el uso de sanciones unilaterales y la imposición de normas por parte de potencias hegemónicas. En sus declaraciones finales, ambas cumbres coincidieron en que estas prácticas socavan el derecho internacional y obstaculizan el desarrollo soberano de los países. Este posicionamiento fortalece la idea de un multilateralismo basado en el respeto a la soberanía nacional y la no injerencia
  2. Reforma de la gobernanza global.
    Las dos cumbres han exigido una reforma profunda de instituciones como el Consejo de Seguridad de la ONU, el FMI y el Banco Mundial. La crítica compartida es que estas estructuras reflejan un orden mundial obsoleto, excluyente y poco representativo. En su lugar, se propone una arquitectura multilateral que dé voz a los países emergentes y en desarrollo, especialmente de África, Asia y América Latina.
  3. Promoción de la cooperación Sur-Sur.
    Ambas plataformas han reforzado la cooperación entre países del Sur Global como vía para reducir la dependencia de los centros de poder tradicionales. Se han impulsado mecanismos de intercambio económico, tecnológico y científico que priorizan el uso de monedas locales, la creación de sistemas de pago alternativos y la transferencia de conocimiento sin condiciones políticas.
  4. Defensa de la paz y la solución negociada de conflictos
    La OCS y BRICS+ han coincidido en su llamado a resolver conflictos internacionales mediante el diálogo y la diplomacia. En particular, se han pronunciado sobre Ucrania, Gaza e Irán, rechazando intervenciones militares y proponiendo iniciativas de mediación desde el Sur Global. Esta postura refuerza un multilateralismo orientado a la paz y la estabilidad, frente a la lógica de bloques y confrontación.
  5. Inclusión de actores sociales en el multilateralismo
    La Cumbre BRICS+ ha dado pasos importantes en la democratización del multilateralismo al incluir foros paralelos de empresarios, mujeres y jóvenes. Aunque la OCS aún mantiene un perfil más institucional, ambas organizaciones reconocen la necesidad de ampliar la participación en los procesos multilaterales, incorporando voces de la sociedad civil y actores no estatales.
  6. Gobernanza tecnológica y soberanía digital.
    En un contexto de aceleración tecnológica, ambas cumbres han abordado la necesidad de una gobernanza justa de la inteligencia artificial y los datos. Se ha defendido el acceso equitativo a las tecnologías emergentes y la protección de la soberanía digital de los países en desarrollo, evitando la concentración de poder en manos de corporaciones transnacionales.
  7. Compromiso con el desarrollo sostenible.
    Tanto la OCS como BRICS+ han reafirmado su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en áreas como la justicia fiscal, la restauración ambiental y la erradicación de enfermedades socialmente determinadas. Este enfoque conecta el multilateralismo con la justicia social y ambiental, pilares fundamentales para una izquierda transformadora.

En conjunto, estas sinergias configuran un multilateralismo alternativo, no subordinado a los intereses geopolíticos de las grandes potencias, sino orientado a la cooperación, la equidad y la autodeterminación de los pueblos. Para quienes defendemos un futuro de Paz y Progreso para la Humanidad, en Armonía con la Naturaleza, este escenario representa una oportunidad para fortalecer alianzas internacionales, impulsar una agenda de paz y justicia global, y reivindicar un orden mundial verdaderamente democrático.

Por último, no hay que olvidar que uno de los acontecimientos más importantes de esta Cumbre de la OCS, fue la presentación por parte del Presidente de la República Popular de China, Xi Jinping de la Iniciativa de Gobernanza Global que representa una propuesta concreta para reformar el sistema internacional desde en cinco principios clave: igualdad soberana, respeto al derecho internacional, multilateralismo efectivo, enfoque centrado en las personas y acciones concretas.

Esta Iniciativa complementa y potencia otras Iniciativas presentadas por el propio Xi Jinping, como la Iniciativa de Desarrollo Global (GDI), la de Seguridad Global (GSI) y la de Civilización Global (GCI), planteando que el desarrollo es la base, la seguridad el requisito y la civilización el soporte cultural.

La Iniciativa de Gobernanza Global articula estos elementos en una visión integrada, promoviendo un sistema más inclusivo y multipolar. Además, se vincula con la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI), el mayor proyecto de cooperación al desarrollo de la historia de la humanidad y que ahora se plantea como plataforma de implementación para la gobernanza global, incorporando cooperación digital, energética y sostenible en el camino hacia la configuración de una Comunidad Internacional con un proyecto compartido para toda la Humanidad en Armonía con la Naturaleza.

En definitiva, hay que ser conscientes de que tenemos la responsabilidad histórica de construir una gran alianza de gobiernos, partidos y colectivos de la sociedad civil que defienda el derecho de todo ser humano de vivir dignamente en Paz.

 

José L. Centella Gómez